Arquitectura: ¿arte? ¿ciencia? ¿técnica?

Produciéndose actualmente la comunicación/opinión de manera vertiginosa, se hace
conveniente explicitar y divulgar los fundamentos o rudimentos de materias que
corresponden a aquellos campos del conocimiento más especializados y menos
conocidos, como puede ser la Arquitectura, aunque ello siga siendo herramienta
incompleta para aventurarse en la critica masiva sobre ella.

Me atrevo a enumerar en este escrito elementos básicos que conforman el campo de
trabajo de la arquitectura
y que aun compartiendo cuerpo con otras áreas de
conocimiento son aquí -de una manera holística-, imprescindibles para la toma de
decisiones previas al diseño.

1- El entorno:
La obra arquitectónica al ser construida modifica el mundo material en un grado
significativo, es decir, produce cambios irreversibles espacio/tiempo, en el lugar en
que se ubica, temporalmente como edificio, e incluso más allá, como ruina.
Por tanto previo al diseño de un edificio, ha de darse un estudio profundo del lugar
y de las consecuencias de su implantación en él.

2- El objeto de la construcción:
El edificio ha de servir a un objetivo social muy concreto, que nada tiene que ver con
la subjetividad del arquitecto autor.
Este objetivo puede ser desde simplemente funcional (cobijo), hasta complejamente
simbólico (templos, etc…). La obra arquitectónica ha de cumplir con las expectativas o demandas sociales planteadas, de manera que sean satisfechas tanto en cuanto a lo material como en el
tiempo.
Ej. Una vivienda ha de ser segura, cálida, cómoda…etc, y permanecer así en el
tiempo… ( no vale si salen goteras o se cae el revestimiento).
Ej. La sensación subjetiva de orden y claridad ha de darse en los edificios
administrativos en que el ciudadano ha de reconocerse y utilizar como propios.

3- La funcionalidad del edificio:
Esta cuestión ligada al punto anterior es sin embargo más específica, refiriéndose a
la buena resolución de todas aquellas demandas enumeradas y contenidas en su
objetivo, así como la correcta interrelación entre ellas.

4- El carácter simbolico del edificio:
Ligado tambien a lo expresado en el punto 2, es decir al objetivo de la construcción,
me refiero aquí a aquellos aspectos formales en los que el cuerpo social en que se
integra puede reconocer e identificar el objeto o carácter propio del volumen
construido.

5- El momento social y el tipo de sociedad a que va destinado:
Cada momento y cada sociedad ostenta unos valores, ideas o ideales, compartidos
por la mayoría, que el arquitecto debe reconocer y asumir en su diseño, pues el
objeto construido se da y se debe a esa sociedad en concreto.
Ej. Los teatros griegos en la primera sociedad democrática, o los edificios
sostenibles en la actualidad.

6- Los avances tecnológicos:
Estos son herramientas imprescindibles y necesarias a incorporar, pues procuran y
hacen posible plasmar lo anteriormente expuesto. Siendo a veces la propia necesidad
simbólica la que impulsa estos avances.
Ej sistema estructural de las catedrales góticas.

7- El presupuesto económico disponible:
Este factor condiciona también el proyecto que se desea construir, no siendo un
ejercicio de buena arquitectura el que la construccion exceda el presupuesto
disponible de antemano

8- El factor Tiempo:
Puesto que el edificio responde a un objetivo, ese objetivo tiene muchas veces un
valor temporal, dejando de ser válido si no se produce en un momento dado.
Ej. Viviendas o edificios de servicio para paliar situaciones de precariedad material
de los futuros usuarios, o edificios institucionales con un fin simbólico y funcional
concreto como los destinados a unas Olimpiadas.

El aspecto creativo que se supone a cualquier trabajo artístico se da, en el campo de la
arquitectura, en la manera en que el arquitecto autor del proyecto combina y prioriza la
decisiones en cuanto a los asuntos expuestos (y no sólo ellos), pasando por su saber y
sentir para plasmar el resultado arquitectónico, que es en todos los casos, un objeto
material propiedad del conjunto social, presente y futuro, al que ha de prestar
servicio,
y nunca una manifestación o expresión subjetiva del artista, como sí puede
darse en artes mas líricos o introvertidos como la música, por ejemplo, en la que la incidencia en
el resto de la humanidad -que es consustancial al arte en sí-, se da de una forma más sutil
e individualizada.

Arq. Carmen Gil Torres

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